diciembre 28, 2005

Para Este Año 2006.... Cierra Tus Circulos.

Para este año que ya esta a la vuelta de la esquina, les deseo lo mejor de lo mejor. Este escrito me lo mando una amiga de la Universidad y me puse a leerlo con atencion y es lo que siempre he pensado de la vida, no podemos vivir del pasado; como dice una cancion por ahi, Si el Amor te Maltrato y el Pasado ya Paso, Vente al Cielo, Vente Amor, y esa expresion no solo se puede aplicar al Amor, sino a todo lo que hacemos.
Disfruten de la Vida, es muy corta, Buena suerte para este año.


Cierra tus círculos

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si
insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario,
pierdes la alegría y el sentido del todo que eres.
Lo importante es ir cerrando círculos, puertas o capítulos, como
quieras llamarlos. ¿Terminó tu trabajo? ¿Se acabó esa relación? ¿Ya
no vives más en aquella casa? ¿Debes irte de viaje? ¿Te toca vivir
aparte? Puedes pasar mucho tiempo aferrándote a la negación de la
realidad, revolcándote en los porqués, insistiendo en regresar el
cassette una y otra vez.

Si lo haces el desgaste va a ser infinito, porque en la vida todos
y todas estamos encaminados a cerrar capítulos, a darle vuelta a
la hoja, a terminar etapas para seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera
preguntándonos por qué ocurrió lo que ocurrió; hay que soltarlo,
hay que desprenderse. No resulta sano ser niños eternos,
adolescentes tardíos, empleados de empresas inexistentes. Tampoco
forzar vínculos con quien no quiere mantenerlos con nosotros, o
bien con quien ya no es conveniente tenerlos. ¡Los hechos pasan y
hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante destruir
recuerdos, regalar objetos, cambiar de casa, romper papeles, tirar
documentos y vender o regalar libros. Los cambios externos pueden
simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar,
des-prenderse.

Si andas por la vida dejando puertas abiertas (por si acaso),
escasamente podrás vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o
amistades que no clausuraste, para mantener la ilusión de algún día
regresar? (¿a qué?) Si puedes enfrentar ya la necesidad de
aclaraciones y decir las palabras que no dijiste, hazlo. Si no,
déjalas ir, cierra capítulos, pero no por orgullo o soberbia, sino
porque tú ya no encajas allí: en ese lugar, en ese corazón, en esa
habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio, en esa
familia. Mereces crecer, madurar; merecer vencer el miedo a vivir
de manera independiente y por tus propios recursos.

Cierra la puerta, dale vuelta a la hoja, concluye el círculo.
Aprende a dejar lo que sólo es costumbre, apego improductivo.
Clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete. ¡Suéltate!

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